Me perturbas durante los días y no puedo escaparme de vos, ahuyentarte de mis pensamientos que se han convertido en innecesarias plegarias, en lágrimas condensadas en el cerebro o quién sabe en qué órgano que me habita, que no tienen razón de ser. Duermo. Pero no descanso, porque también te encuentro en mis sueños. Todo es un sueño a decir verdad. Y dicen que de un sueño nadie sale lastimado y yo vengo a refutar esta teoría porque estoy muriéndome por dentro, por culpa la estupidez humana constante que venía evitando algún tiempo. Cursilerías, gente que va y viene, como lo había dicho antes. Gente que viene y va. Y mientras sube y baja el telón y los personajes reales cambian sus vestimentas, sus máscaras, sus roles y las personas con las que se interrelacionan, yo sigo siendo la protagonista de mi propia vida.
Puedes convencerte de un cambio rotundo y entonces será suficiente para
haberlo logrado. Todo puede controlarse consciente o inconscientemente,
claro. Sólo me falta descubrir el modo.