Siempre se me escurre entre los dedos y se vuelve agonizante, mas no me demoro en lucir el disfraz que tan bonito me sienta, disimulando las imperfecciones de mi alma, que ya no pueden visualizarse en mi rostro.
Se pierden. Tantas esperanzas se tiñen con la amargura de las noches sin estrellas. Pero amanece y este círculo vicioso engaña, aparenta.
Como aparento yo cuando de repente alguien se acerca y pregunta cómo me siento. Sé que en verdad no quiere saberlo. Formalidades, gente que va y viene, que viene y va. La gente se va.
Y yo no recuerdo nada. No siento. No busco y no encuentro.
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