Has recorrido lugares y has conocido personas. Has caído mil veces y te has levantado mil y una. Te has mirado al espejo amándote y odiándote. Has deseado el bien y el mal. Te has creído la mejor persona y la peor.
Has caminado tanto, te has posado bajo alguna sombra para descansar y retomar tu recorrido.
Pero te sigues sintiendo sin fuerzas y no llegas a reconocerlo, hasta que percibes que hablas de vos misma en tercera persona.
Es que no has encontrado un alma a tu medida.
Como cuando el silencio es posible y las palabras empiezan a temblar.
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