Muchas de nosotras sufrimos en algún momento de nuestras vidas, lo que conocemos como estrés. Se trata de un estado de cansancio mental, que se debe a la exigencia de rendimiento superior al normal; y que puede llegar a desencadenar en trastornos físicos y mentales.
Cabe destacar que las mujeres tenemos una fisiología distinta a la de los hombres, lo que produce que por el peso de las hormonas, el estrés nos afecte de diferente manera. Sumado a ello, muchas veces hay mujeres que tienen grandes responsabilidades que van desde lo laboral a lo familiar; por lo cual hay una mayor probabilidad de padecer situaciones estresantes.
Seguramente no querrás estar estresada, por lo cual, si te llegaras a encontrar ante este problema, te recomendamos que trates de identificar cuál es el motivo que lo provoca. Una vez que lo hayas descubierto, trata de solucionarlo con la ayuda de tu entorno más cercano y por supuesto, recurriendo a un especialista.
Pero también es fundamental que puedas priorizar tus responsabilidades y no sobre cargarte de tareas que no necesitas realizar con urgencia y que sólo aumentarán tus niveles de estrés. Asimismo, presta especial atención a tus estados de ánimo e intenta modificarlos cuando sientas que todo se sale de control,
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